filosofía japonesa
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La Filosofía Japonesa se origina a partir del desarrollo cultural de Japón, a través del proceso religioso e histórico que surgió del pensamiento chino.
* El pensamiento japonés moderno se desarrolló bajo fuertes influencias occidentales, como el estudio de las ciencias occidentales y la sociedad intelectual modernista Meirokusha.
* La Escuela de Kioto es una influyente escuela filosófica japonesa que surgió también influenciada por la fenomenología occidental y la filosofía budista japonesa medieval.
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Kitarō Nishida, profesor de la Universidad de Kioto, considerado como el precursor de la Escuela de Kioto. |
RELIGIÓN, MITOLOGÍA Y FILOSOFÍA
* El carácter de origen filosófico en los inicios de la era japonesa se deriva de las creencias animistas y chamánicas en el surgimiento del sintoísmo(una religión japonesa), del cual con el tiempo se sistematizará de un modo doctrinal hacia la ritualización y los dioses.
* Con la llegada de la influencia cultural china y coreana en el siglo V surge un interés por el estudio de la "historia japonesa", y el pensamiento filosófico queda supeditado a la mitología y a las creencias sintoístas como lo demuestra en los textos del Kojiki (Crónica de las cosas antiguas, del año 712) y del Nihon shoki (Crónica de Japón, del año 720) del cual nos marca un estatus de historia y política que marca el componente literario japonés.
* Fue precisamente con el budismo, la que marcaría junto al shinto, la influencia decisiva de la formación filosófica japonesa, manteniendo su correspondencia entre las divinidades de ambas religiones, predominando la corriente budista mahāyāna y su fusión con la parte tántrica.
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Actuaron como paladines del pensamiento materialista y ateo en la filosofía japonesa, Minagava Vakien (1716-1804), Jiraga Guensai (1726-79), Yamagata Banto, (1761-1801) y Kamada Riukiu (1754-1821).
En la segunda mitad del siglo XIX, un elemento esencial influyó sobre el desenvolvimiento de la filosofía japonesa, a saber: la inacabada revolución burguesa de 1867-68. Las ideas filosóficas, en dicho período, se fueron desarrollando en el proceso de la lucha entre los filósofos «kanrió gakusia» («doctos de la burocracia») y «minkan gakusia» («doctos, del pueblo»).
Los seis principios japoneses para mejorar en la vida y en el trabajo
Si tienes un problema que no consigues superar, divídelo en fracciones más pequeñas y abórdalas por separado, una a una. Esta es la idea general sobre la que se cimienta la filosofía del KAISEN, una forma de pensar a la que se asocian los éxitos de la industria japonesa durante la década de los ochenta.
El término fue acuñado en 1986 por Masaaki Imai un teórico y economista Nipón especializado en la gestión de empresas. Compuesta por los conceptos kai (cambio, acción de enmendar) y zen (bueno, mejor, beneficioso) la palabra se suele traducir en nuestro idioma como “mejora continua” y su motor vital son las acciones concretas, simples y poco onerosas.
La estrategia del kaizen es la de la renovación a través de pequeños pasos, día tras día, con constancia y continuidad, en contraposición a los conceptos occidentales de revolución y conflicto. La base de la reforma que se propone es la de invitar a la persona a aportar cada día pequeños cambios en pos de mejorar el grupo al que pertenece.
Y estos son los seis principios formados por KAISEN:
1. Hazte pequeñas preguntas
Si en la vida o en el trabajo te encuentras frente a una dificultad de auténtica transcendencia, acercarse a la misma en su conjunto puede conducir a la inhibición y al miedo. Deshazte, por tanto, de los grandes ideales demasiado pretenciosos. El remedio pasa por dividir el problema, definir cuál es el primer paso que se debe dar y trabajar desde allí.
Si faltan las ideas, la primera pregunta que te puedes hacer a ti mismo es tan simple como: “¿Qué pequeño movimiento puedo realizar para estar solo un poco más cerca del fin que estoy persiguiendo?
2. Desarrolla pequeñas soluciones
En cuanto se halla la pregunta correcta toca encontrar una respuesta acorde. El cerebro se maneja mejor si se le ponen delante retos sencillos. El objetivo es esculpir la mente con pequeños golpes de cincel, pues los grandes cambios suelen ir acompañados de estrés, tensión y ansiedad.
De esta manera, nos permitimos pensar en positivo y evitar que aparezcan grandes obstáculos que conducen a la aparición del pensamiento automático del “no puedo”.3. Lleva a cabo pequeñas acciones
Pequeñas preguntas y pequeñas respuestas llevan a la consecución de pequeñas acciones.
4. Corrige pequeños errores
Un error importante es casi siempre la consecuencia derivada de otros desaciertos de menor alcance. Poner el foco en un fallo de grandes dimensiones solo lleva al círculo vicioso de la culpa, el arrepentimiento y el pesimismo. Si, por el contrario, lo que se acometen son las equivocaciones parciales, las mismas aparecen, de repente, como enmendables. Retocando esas pequeñas faltas podemos mejorar tanto en la vida como en el trabajo, teniendo siempre muy presente que la perfección no existe y lo que nos toca es vivir siempre un continuo avance.
5. Date pequeñas recompensas
Trabajamos como mulas durante un año y cuando llegan las vacaciones nos permitimos, con todo lo ahorrado, un viaje de dos semanas a la otra punta del planeta. Obrar de esta manera conlleva que vivamos un momento de plenitud durante esas dos semanas, mientras que el resto de nuestras jornadas se convierten en una completa tortura.
6. Identifica los pequeños momentos
No se trata solo del trabajo o de cumplir nuestro objetivo vital. Toda nuestra existencia no se centra solo en eso. Durante la misma surgen instantes de distensión, de apertura, de relax que apoyan nuestro bienestar y que favorecen situaciones para el cambio de experiencias o para salir de un bloqueo cuya solución no habría aparecido si estas ocasiones no estuvieran presentes. Respecto al intercambio de pareceres, considera que muchas veces dos cabezas piensan mejor que una sola. Nuestras capacidades son limitadas y apoyarnos en la sabiduría de otra persona puede ser ese pequeño paso que posibilite el progreso.
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